1.
RADAR Productions es una institución no lucrativa de San Frascisco que produce happenings literarios en la zona de Bay Area. Se fundó en 2003 por la escritora Michelle Tea y realiza presentaciones, comisiona actos, hace de editorial y ayuda al desarrollo profesional y programas de giras de presentaciones de libros y autores para estimular la producción de literatura queer y underground, y para fortalecer la reputación de San Francisco en tanto que centro literario nacional. RADAR da voz a autores (escritores y artistas) outsiders, innovadores y queer cuyo trabajo representa de manera auténtica las diversas experiencias de la comunidad LGBTQA.
Recientemente han puesto en marcha la RADAR DIARY AUCTION 2015, como manera de captar fondos para sus programas de este año. La cosa consiste en que se ofrecen los diarios personales y privados (nunca mostrados en público, ni editados en ninguna de sus formas) de diferentes artistas y escritores. El listado completo es el siguiente:
Peggy Noland, Swoon, CA Conrad, Phoebe Gloeckner, Annie Sprinkle y Beth Stephens, Nicole J. Georges, Margaret Cho, Eileen Myles, Kim Gordon, Tavi Gevinson, Lili Taylor, Michelle Tea, Lemony Snickett, Virgie Tovar y Dave Eggers.
Aquí hay una muestra de los diarios que se ofrecen, y si quieren pujar por alguno de ellos, pueden hacerlo aquí.
2.
La editorial Trotta acaba de publicar el libro de Paul Celan (1920-1970) Microlitos (aforismos y textos en prosa), en traducción de José Luis Reina Palazón. A los Microlitos Celan los define así:
«Microlitos son, piedrecitas, apenas visibles, diminutas chispas en la densa toba de tu existencia –¿y ahora intentas tú, pobre en palabras y tal vez ya condenado irrevocablemente al silencio, reunirlas en cristales? Pareces esperar refuerzos– ¿de dónde deben venir, di?»
Pueden leer una selección de los textos aquí.
3.
El pasado fin de semana se llevó a cabo el I Congreso de Periodismo Cultural en Santander, patrocinado por la Fundación Santillana y en el que se reunieron medio centenar de ponentes para debatir el estado de la profesión, sus retos de futuro y el modo en el que los medios tratan a la sección de cultura, entre otros temas. Entre los invitados: periodistas, algunos críticos literarios (tres) y editores y jefes de cultura de diferentes medios (diarios y revistas, radio y tv).
Uno de los ponentes, Peio H. Riaño, jefe de la sección de cultura del diario Elconfidencial.com, dio una conferencia titulada «Contra el periodismo cultural» y que pueden leer íntegra aquí. Dejó dicho Riaño:
«El periodismo cultural de un diario ha abusado tanto de su apellido todo este tiempo que se ha alejado de lo sustantivo -el periodismo- y ha hecho de su existencia algo innecesario. Algo de lo que se puede prescindir. Un complemento. Eso es, el periodismo cultural es complementario, no sustancial, porque ha establecido unas normas propias en la definición de la esencia de su oficio que han terminado desvirtuándolo por completo. Si es que alguna vez tuvo virtud. ¿Quién podría definir ahora qué es una noticia “cultural”? ¿Qué es una noticia en la sección de Cultura?»
4.
Ya sabrán que la cadena HBO ha estado emitiendo una serie llamada Girls, en la que una de sus protagonistas, Hanna Horvath (interpretada por Lena Durham), una neurótica aspirante a novelista, se muda a Iowa para tomar uno de los cursos de escritura de su universidad. Quizá sea esta la razón, opina Lan Samantha Chang, directora del Iowa Writers’ Workshop, el más veterano de Estados Unidos (fundado en 1936) para que este año hayan recibido 1.380 solicitudes (para 50 plazas).
El crecimiento de los masters de escritura creativa en USA ha sido explosivo y, por esta misma razón, ha comenzado a surgir un debate en torno a ellos y, por qué no decirlo, una cierta moda por denostarlos. Cecilia Capuzzi Simon en The New York Times sitúa el origen de este debate en los círculos académicos en el año 2009, con la publicación de The Program Era: Postwar Fiction and the Rise of Creative Writing, del profesor de Stanford, Mark McGurl.
En el libro, McGurl dice que los programas de escritura creativa (los así llamados MFA) significan la influencia más destacada en la literatura americana desde la Segunda Guerra Mundial. Esto es: que desde entonces, los escritores más serios han surgido de estas «incubadoras». Y ya no se trata de la tan cacareada estandarización del estilo, sino de que aquel escritor que decida eludir los cursos de escritura creativa se está condenando a la invisibilidad. Vaya, que ya no son solo un lugar al que ir, si es que se quiere aprender a escribir bien, los MFA, sino que sirven como espacio de contacto y relación, y peaje necesario para acceder al circuito editorial.
Pueden leer el artículo de Capuzzi aquí, con opiniones a favor y en contra de los MFA.
5.
El crítico literario David Becerra Mayor (Granollers, 1984) ha publicado recientemente el libro La guerra civil como moda literaria (Clave Intelectual, 2015), una diatriba contra esa literatura que ni sirve para entender el pasado, ni para entender el presente y que se limitan a utilizar la Guerra Civil como telón de fondo. Con afán de facilitar a quien quiera apuntarse al carro de las novelas sobre la contienda bélica española, ha publicado un «Decálogo para escribir una novela sobre la Guerra Civil» y que pueden leer aquí.
***
Por nuestra parte, esta semana hemos publicado la crítica del libro Lo que tiene alas (Fundación José Manuel Lara, 2014), de Eduardo Jordá, aquí, así como la crítica que ha escrito Santi Fernández Patón del libro F, de Daniel Kehlmann, aquí, y un cuento del escritor colombiano Fede Baresco titulado «Comienzos», aquí.
es autor del libro de relatos Fin de fiestas (Suburbano, 2014), además de crítico literario y miembro de la AECL (Asociación Española de Críticos Literarios). Escribe sobre arte y cultura para diferentes medios impresos y digitales. Forma parte del equipo editorial de Hermano Cerdo.
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