1.
He seguido con atención este fin de semana el hang Out de Google que prepararon los chicos de Los Perros Románticos. Se trata fundamentalmente de un grupo de chavales jóvenes (veinteañeros), poetas, que se reunieron para hablar de las relaciones entre poesía e Internet, pero también sobre las diferentes escenas independientes locales latinoamericanas.
La presencia del autor -y de qué modo esto afecta a su estatus literario- fue un tema recurrente. Pero ligado más a una cuestión de apoyos y complicidades, de redes de lectura y escritura. Sobre todo en lo que respecta a abrirse camino, pues una constante latinoamericana (pero yo diría que también española) es que hay instalada una élite que copa tanto los espacios de publicación como los canales de visibilidad (los importantes, se entiende). Se habló de la autogestión, de la inevitable necesidad de organizar uno sus propios proyectos editoriales, de las peleas con el establishment, del comienzo de la vocación de escritura, etc.
Asimismo, se hizo hincapié en el modo en el que ciertas revistas, blogs, etc habían servido para descubrir y fomentar afinidades literarias (y preocupaciones vitales, juveniles), para cimentar amistades, para crear lazos y, en definitiva, para construir si no un movimiento, sí un grupo de gente esperanzada en la poesía, en la creación literaria (y no tanto en el negocio como en la expresión personal). Esto fue muy bonito de ver, pues aquí en Hermano Cerdo desde siempre hemos participado de un sentir análogo y la revista ha querido ser un punto de encuentro entre escritores geográficamente dispersos, pero unidos por la pasión común de la literatura.
2.
En este contexto, me llamó mucho la atención un autor al que se nombró con un cierto énfasis: David Meza (Ciudad de México, 1990)
Porque lo más llamativo fue su ausencia (debía haber formado parte del hangout, pero por alguna razón, no pudo ser). Al parecer, el joven poeta mexicano no está presente en Internet: se dio de baja de Facebook, no tiene blog, ni tumbler, twitter; nada. Recuerdo haber escuchado que se referían a él como alguien «de otra galaxia».
Y esto me dio que pensar.
Pues sucede que mi interés se decantó enseguida por este poeta, al que había oído nombrar esporádicamente en los últimos años, sin prestarle mayor atención. Y busqué sus poemas, vi que tiene un libro publicado en El Gaviero Ediciones (El sueño de Visnu, de 2012). Y lo escuché recitar en Youtube. Me gustó mucho su desbordamiento controlado [1. Arturo Sánchez, «David Meza, o la cosmología del sueño»].
Todo esto para observar el signo de nuestro tiempo: esa necesaria presencia virtual que, sin embargo, en el caso de Meza no se cumple. Y que me llevó a preguntarme si esto es un caso excepcional o es posible que un autor joven pueda mantenerse al margen de la Internet, pero, sin embargo, estar presente en la literatura de su tiempo, en los debates literarios, en las corrientes estéticas más audaces.
En fin, que les dejamos los dos vídeos pertenecientes a los hang outs de sábado y domingo (días 16 y 17 de agosto de 2014) deseando que atiendan a su visionado con el mismo interés y contagiosa ilusión con la que nosotros los seguimos durante el fin de semana.
es autor del libro de relatos Fin de fiestas (Suburbano, 2014), además de crítico literario y miembro de la AECL (Asociación Española de Críticos Literarios). Escribe sobre arte y cultura para diferentes medios impresos y digitales. Forma parte del equipo editorial de Hermano Cerdo.
0 Replies to “The writer is (not) present”