Siempre me he preguntado cuán lícito es (y hasta qué grado de agudeza quirúrgica) el re-escribir una obra ya publicada para ofrecerla a un público nuevo. Y me he vuelto a formular esta pregunta (para la cual reconozco que no tengo una respuesta inequívoca) al enterarme de la re-publicación en edición digital (via Amazon) de Una mirada oblicua, del narrador, poeta y crítico literario español Manuel Rico (Madrid, 1952).
Manuel Rico comenzó a escribir la obra en 1989, «bajo el impacto emocional del intento de golpe del 23-F», y fue publicada -en papel, claro- en 1995. La editó Planeta, tras haber sido rechazada por Juan Cruz, entonces gran capo de la editorial Alfaguara.
Cuenta Manuel Rico que comenzó a escribir una Mirada oblicua:
«porque necesitaba explicarme el comportamiento de una parte de mi generación, de quienes habíamos dedicado tiempo y experiencia y acumulado renuncias en la vida personal en la lucha por unos ideales que, poco a poco, la década iría esponjando».
En su blog Rico da muchos más detalles sobre el particular y nos dice que el leit motiv de la obra se halla en No soy Stiller, de Max Frisch. Además, nos anuncia que en los próximos días irá colgando las críticas que la novela recibió en su momento (sería interesante, pienso, que la novela se reseñara de nuevo -por gente que no haya leído la edición en papel- y tratar de cotejar ambas apreciaciones críticas).
Es una buena estrategia, sin duda, que escritores que cuentan ya con una dilatada trayectoria, opten por sacar del olvido esas obras descatalogadas (que muchos por edad o por desconocimiento no leímos) y darles una nueva oportunidad, presentarlas a una nueva generación de lectores.
Mencionar por último que originalmente la novela se llamaba Cierto sabor a ceniza. El título fue cambiado a instancias de Mariona Costa y el equipo de Planeta, quienes le sugirieron a Rico sustituirlo por algo «más comercial».
A mí, vaya por delante, me parece más bonito el título que pensó, en primera instancia, su autor.
*[Actualización] Aprovechen pues hoy y mañana (días 13 y 14 de agosto / hora de la costa oeste americana) la novela se podrá descargar gratuitamente, aquí.
es autor del libro de relatos Fin de fiestas (Suburbano, 2014), además de crítico literario y miembro de la AECL (Asociación Española de Críticos Literarios). Escribe sobre arte y cultura para diferentes medios impresos y digitales. Forma parte del equipo editorial de Hermano Cerdo.
Una reflexión muy inteligente y pertinente (perdón por la rima). Las razones que me han llevado a corregir y revisar Una mirada oblicua son diversas y nada sencillas. Fundamentalmente, lo que era una ciudad sin nombre, imaginaria ha pasado a ser, en la novela, Madrid, un Madrid reconocible. Fue una duda que tuve cuando la escribí pero que resolví optando por la ciudad imaginaria, innominada para evitar las acusaciones de «costumbrismo» de algunos críticos de la época. Sin embargo, al poco de ser publicada tuve la sensación de que me equivoqué. Ahora he corregido ese error. También he hecho algunas leves correcciones de estilo. El mundo digital nos permite mantener vivas y a disposición de los lectores obras descatalogadas que, de otro modo, sólo vivirían en algún cajón perdido o en librerías de viejo. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
Manuel Rico
Muchas gracias por tu aportación, Manuel.
Es muy interesante la cuestión del nombrar que refieres, y del todo elocuente que -al fin- hayas optado por la nominación realista, efectiva, cierta.
Es un tema que aquí en HC nos interesa bastante y sobre el que hemos venimos reflexionando.
Un abrazo
J.S.
P.D. Ah, y por cierto, no sé el público lector en general, pero yo tengo a Frisch en muy alta estima. Apuntaré una novela que no nombras: Homo faber. Me parece un libro espectacular.