Para empezar, debo agradecer a la piara el haberme descubierto dos de las mejores novelas que he leído en mucho tiempo: A Naked Singularity (2008) y Personae (2011), de Sergio de la Pava. La lectura de ambos libros ha sido una de mis experiencias literarias más gozosas del 2011; mucho decir en un año cargado de interesantísimas novedades como El rey pálido de David Foster Wallace o There Is No Year de Blake Butler.
Además de estas novedades, he tenido la oportunidad de leer la segunda novela de Evan Dara, The Easy Chain (2008), y La Medusa (2008) de Vanessa Place, probablemente la mejor ficción jamás escrita acerca de la ciudad de Los Angeles.
Por lo que respecta a la narrativa española, me gustaría destacar la lectura de El Hacedor (de Borges) Remake (2011), de Agustín Fernández Mallo. Desafortunadamente, como es ya sabido, este libro ha sido retirado del mercado debido a las diferencias entre la editorial y los gestores de la herencia de Borges, privando así a los lectores de uno de los pocos libros conceptuales publicados recientemente en España por un gran grupo editorial. Lo más curioso es que tal retirada se produce coincidiendo con la aparición de una serie de ensayos sobre el papel fundamental de la escritura conceptual y el remix en la literatura del siglo XXI, como Uncreative Writing: Managing Language in a Digital Age (2011) de Kenneth Goldsmith, Remixthebook (2011) de Mark Amerika y, dedicado a la ficción española reciente, Spanish Fiction in the Digital Age (2011) de Christine Henseler. La antología de Craig Dworkin y Kenneth Goldsmith Against Expression: An Anthology of Conceptual Writing (2011), que estoy leyendo, sumada a los ensayos anteriores, me invita a pensar en este año que termina como el del renacimiento de la escritura conceptual.
Otras novelas españolas que me gustaría destacar son Asesino cósmico (2011) de Robert Juan Cantavella (que también ha traducido este año la pequeña joya de Mathías Enard Habladles de batallas, de reyes y elefantes), Alma (2011) de Javier Moreno y El cielo de Pekín (2011), de Miguel Espigado.
En cuanto a la «no ficción», aparte de los ensayos citados más arriba, me ha entusiasmado Nothing. A Memoir of Insomnia (2011), de Blake Butler. Teleshakespeare (2011) de Jorge Carrión, Philosophy and Simulation. The Emergence of Synthetic Reason (2011) de Manuel DeLanda y Towards Speculative Realism (2011) de Graham Harman son también de gran interés. Un libro esencial para entender cómo hemos llegado a la actual situación económica es Debt. The First 5000 Years (2011), de David Graeber. Y un par de ensayos de divulgación científica: The Information (2011), de James Gleick, y The Hidden Reality (2011), del físico Brian Greene.
Algunos libros de poesía: La antología Tenían veinte años y estaban locos (2011), compilada por Luna Miguel, el impresionante The Sri Lankan Loxodrome (2009) de Will Alexander, Fractal Economies (2006) de Derek Beaulieu, Eunoia (2009) de Christian Bök, y BlipSoak01 (2003) de Tan Lin.
Por último, dos libros inclasificables, bellísimos, publicados por Visual Editions: Tree of Codes (2010), de Jonathan Safran Foer, y el clásico experimental de Marc Saporta Composition No. 1, reeditado hace unos meses.
es legión.
Germán Sierra es de fiar, siempre me fío de él. No me pierdo su página mensual en Quimera. Comparto algunas de sus lecturas como las mejores del año. El Rey Pálido -una brutalidad-. El Hacedor (de Borges) Remake -una genialidad conceptual-. Y añado, Los Electrocutados, de de JP Zooey.
Spanish Fiction in the Digital Age, lo tengo pedido, espero que me llegue para el día de Reyes.
Pásate por Mondadori a retirar tu caja de navidad extra.
Respecto al Copiador, de Mallo, excelente.
A ver si el chico aprende a escribir en la trena y deja de recorrer el mundo a base de proyecciones y cling cling caja.
Luna Miguel? Claro, Germán, otra del club.
De verdad no metes en el saco a Olmos?
Quizás algo de Vicentito Luis Mora?
Viva la independencia!