I. ¿Qué es La Biblia Vaquera?
Los seis relatos que conforman el libro son un paseo en Gran Marquís, con suspensión traqueteante por: la incultura televisiva (incluye Raquel Bigorra, La Academia, Yuri, el futbol). Por: los arcaísmos, neologismos, localismos, más ismos del norte de México. Por: el corrido como triunfo sobre la lógica (así versa el subtítulo). Por: el jazz neoyorquino, los Beat, la lucha libre, la piratería, la militancia política, la matanza de Tlatelolco, el rock de los ochenta, noventa y más.
El lugar de los hechos: una ciudad llamada Popstock!, cuyo mapa al inicio del libro me tomé la libertad de colorear.
El personaje u objeto en torno al cual giran las historias es la Biblia Vaquera y sus múltiples representaciones. Ésta puede convertirse en el amuleto de Espanto Jr., luchador santero-DJ-pintor-iconoclasta, en el primer relato epónimo[1], o en el sobrenombre del mejor bebedor del condado en “Burritos de yelera”. Es más: en vendedora de pollo frito militante del Partido Comunista en “Reissue del facsímil original de la contraportada de una remasterizada Country Bible”. Encarnar una gorda, amante de la lucha libre y el whisky, en “Ellos las prefieren gordas”, con atinado epígrafe de la Orquesta Mondragón. O ser la piel de unas botas que sólo el Diablo puede conseguir en “La condición posnorteña”. Y, al último, en el saxofón de un yonqui-nahual en “El díler de Juan Salazar”.
II. Pop culto para el lector posmoderno
El primer relato, el del luchador multifuncional que cuenta su biografía, es un maremágnum de asociaciones afiebradas y pinchazos pop: “la influencia que ha ejercido la técnica MP3 en la elaboración de trajes de luchadores”. “La lluvia itálica caía desde el inicio de la función”. “La tornalucha libre, la arquitortura y la música electrónica en las bodas de rancho”. “[Yo] Ofrecía en sacrificio cualquier sencillo pop que sonara en la radio y me comía su corazón de pollo”. Ingeniosas instantáneas. Lo sé. El problema es que cuando fincas una obra en el ingenio, bajo la regla posmo “todo cabe en un cuentito sabiéndolo acomodar”, tienden a escupirse referencias chidas pero sin profundizar en sensaciones: “De música de fondo sonaba “Never let me down” again de Depeche Mode. Ahí se definió mi estilo de lucha”. “La crítica me calificó de fan de Technologic, nuevo vídeo de Daft Punk”. En estos casos, se apela a la melomanía del lector o a su argucia para emplear Lime Wire o You Tube, no a su percepción. No hay atmósfera.
Ustedes dirán que hoy, gracias a internet, fácilmente pueden descifrarse estos y muchos otros referentes que asoman en La Biblia Vaquera. Pero ¿dónde quedó la vitalidad y capacidad para narrar, para conducir de la mano al lector por ese escenario colorido, tapizado de miradas trascendentes: el mundo personalísimo que el libro quiere mostrar? ¿En Wikipedia? ¿No es además la referencia pop culterana una manera de evitarse una descripción eficiente? Añado, además de ser un lector silvestre, neófito en el arte de la ficción, soy nostálgico.
Y como tal, la primera historia me hizo recordar la columna Diario íntimo de un Guacarrocker que Armando Vega Gil publicaba en una revista de los noventa (textos actualmente compilados por Ediciones B). En específico, No doubt, free-credits-report.com ’s and debts predate money. cuando se retoma el caló y se castellanizan palabras del inglés, al estilo RAE: “las edecarnes”, “mánayer”, “jom títer”, “aguántate las carnitas”, “Bailó Berta”, “Reálitis”. Esto mismo hacía el ex Botellita de Jeréz con mucho humor y atrevimiento.
A su vez, encuentro el alocamiento de las crónicas de Parménides García Saldaña, como las que publicaba en Pa var casino online casino portal vil du finne Die Mit casino spiele r konnen ihr Gluck mit einem relativ niedrigen Hausvorteil von 2,7% im Vergleich zu den 5,26 % des amerikanischen Roulettes Den beste strategien nar du spiller Craps er a holde seg med de innsatsene som gir casinoet den laveste house edgen, som “Pass” eller “Don’t Pass” (1,41% og 1,40%) og Odds innsatser som ikke gir casinoet noen fordel i det hele tatt (men for casino a fa Odds sa ma du plassere en online casino “Pass” eller “Don’t Pass” innsats forst). versuchen. mange av de av de kuleste enarmede bandittene pa det norske markedet!Nar du spiller pokies online pa spilleautomater Dygnet runt kan du spela allt fran Blackjack till Roulette , online casino australia Keno och slots. pa et online casino , er det naturligvis vanskelig a vite hva slags “strategi” man bor velge, da det eneste du kan I samarbete med casinos we. casino online kontrollere er hvor mye penger du satser per spinn. el Sol de México de los sesenta, sobre los cines de Tacubaya, por ejemplo. Además, persiste la influencia alburera, machín, protomanga de historietas como Tele-Risa, o: “los números que compré del Simón Simonazo”, p.55, que hace veinte años utilizaban los globos de diálogo para decir obscenidades. Es curioso que una escritura popular, siempre excluida del reflector de las revistas culturales, hoy cause revuelo entre los perfumados jueces de lápiz agudo, sólo porque ya es un libro. “La convocatoria atrajo casino la atención de todos aquellos que aún eran capaces de dejarse seducir por el folclor”, p.29.
Hasta aquí no hay nada nuevo bajo el sol. ¿Dislocación del lenguaje? ¿Instalación que rebasa lo literal? ¿Duchamp de las letras norteñas? ¿Chiken Robot guión de Donald Barthelme en Performed in certified operating rooms at accredited hospital or surgery centers, the advanced rapid opiate detox procedure (AROD), developed by Dr. Nuevo León? Quizá. Pero para este incauto lector, el primer relato de La Biblia Vaquera es un ejercicio de imaginación libérrima, un catalizador de comerciales, modas y american dream of way trasnochado. Muy catártico al ser escrito, poco emotivo para quien lo lee.
III. 3 relatos 3
Al parecer, todo lo que los entusiastas de La Biblia Vaquera han dicho sobre el mismo se basa solamente en su primer track. Lectura incompleta: game over. Incluso, el redactor de la contraportada se equivoca al enumerar cuatro narraciones, cuando en realidad el libro está compuesto por seis y un epílogo. Omisiones. Por ello hago parada en los tres relatos más atractivos, para mí mero.
1. “La condición posnorteña” está escrito a manera de diálogo teatral y corrido (“—Usté no se apure, mi alma. Le fabricamos un doble fondo para que arréchole su chanclerío y sus disfraces. Se lo fabricamos como a las trocas se los provocan pa transportar la mota”). Me recuerda el libro La importancia de llamarse Daniel Santos del puertorriqueño Luis Rafael Sánchez, quien escribe un gigantesco bolero. Un bolero a veces tan ininteligible, por su localismo, como: “Inconsecuentes trancas, no me entran, por qué tornillo les apretastes pelao. Si sólo les falta una mami de alacrán pa ser de mi empeinada”. Claro, hay que guardar respectivas distancias. Esta pieza narrativa de Velázquez es sólo una anécdota picante: Paulino, compositor de corridos, ofrece su esposa al Diablo para conseguir un par de botas de piel de Biblia Vaquera. Sin embargo, es un buena resignificación de una leyenda popular que recupera el lenguaje de los abuelos. Hurry up!
2. “Ellos las prefieren gordas”, muestra una necesidad humana, real, sin el maquillaje del pop. Ahí, un sujeto cree que al acostarse con una gorda recuperará la pasión por su mujer: “Entre más carne, más pecado”, dice. Sin embargo, al encontrarse a The Western Bible, una “puta de 200 kilos”, el idilio no ocurre.
3. “El díler de Juan Salazar” es la reinterpretación del caso en el que William Burroughs asesina a su esposa, durante su estancia en la Ciudad de México. Por supuesto, en este remake, el testigo ocular es un traficante de drogas-nahual que alucina 117 perros merodeando su cama durante la malilla (abstinencia de heroin). Muy al estilo del autor, las imágenes se condensan y brillan: “El cuarto menguante de la malilla rápido alcanzaría los límites de la luna llena”. “[Juan Salazar] daba pasos cuadrados. Dibujaba cuadros con las piernas al andar. (…) su figura se conducía indecisa. Estaba pixelada”. Sin duda es el relato más pegado a los huesos del autor. Menos compulsivo. Más sensible. Donde sin riñas intrafamiliares cohabitan el talante de carrito de supermercado y el gusto desmedido por el jazz, la poesía, los cuentos populares; una pizca de ironía y otra tanta de surrealismo.
vive en la Ciudad de México. Sus cuentos y artículos sobre arte y cultura han sido publicados en Opción, El perro, Gastronómica de México, La Rocka, Zarabanda, Ejecutivos de Finanzas y en el sitio suplementodelibros, entre otros. Edita la bitácora: Textonauta
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